Por Tamara Hardingham-Gill, CNN

Como madre soltera de tres hijos que “vive de sueldo en sueldo” en California, Janet Blaser se había resignado a preocuparse constantemente por pagar sus cuentas y siempre “sentirse menos”.

Sin embargo, comenzó a reevaluar su vida después de que una serie de eventos la llevaron a tomar unas “vacaciones al azar” en Mazatlán, México, en abril de 2005.

“Realmente quería una aventura”, le dice Janet a CNN Travel.

Menos de un año después, se mudó de Santa Cruz, California, a la vibrante ciudad, situada a lo largo de la costa oeste de México.

Entonces, ¿qué llevó a Janet, originaria de Long Island, Nueva York, a empacar su vida y mudarse a cientos de kilómetros?

“Mi mamá estaba enferma y se estaba muriendo”, dice. “Y ella realmente me animó a seguir mis sueños”.

Janet continúa explicando que su madre estaba “llena de remordimientos” por “cosas que no había hecho” a medida que se acercaba al final de su vida, y esto “se le quedó grabado” en la cabeza.

Casi al mismo tiempo, Janet, que había trabajado como reportera durante años, se encontraba en una encrucijada profesional y sintió que necesitaba “pensar de manera poco convencional”.

“Tenía 50 años”, dice. “Así que no era la candidata que la gente quería”.

Sus hijos ya habían crecido en ese momento, y estaba frustrada por no tener su propia casa después de vivir en California durante la mitad de su vida, y sentía que nunca podría lograrlo.

“Los precios eran increíbles”, añade, admitiendo que “se sentía un poco invisible, o un poco inútil”.

Deseosa de cambiar de aires, Janet decidió viajar a Mazatlán, una ciudad que nunca antes había visitado, después de leer sobre ella en línea.

“Estaba en California, donde había tantos mexicano estadounidenses”, dice, explicando que había visitado el país una vez anteriormente, pero que había vacacionado principalmente en el Caribe a lo largo de los años.

“Y pensé: ‘déjame ir a México y ver cómo es’. Así que llegué a Mazatlán, y suena muy cursi, pero me tocó el corazón”.

Janet continúa explicando que después de pasar varios días tomando el sol, dio un paseo hasta el Centro Histórico y “se enamoró perdidamente” de la zona.

“Incluso ahora, me da vergüenza decir eso, porque parece tan tonto”, añade, explicando que “me sentí como en casa” mientras caminaba por las calles empedradas de la ciudad y contemplaba sus edificios antiguos.

“Pero creo que cuando estás en el lugar correcto, lo sientes. Lo sientes”.

Aunque nunca antes había considerado mudarse a México, después de 10 días en Mazatlán, Janet decidió que era exactamente donde tenía que estar.

“Todavía tenía que trabajar”, señala Janet. “Y tuve la idea de publicar una revista en inglés para los muchos estadounidenses y canadienses que viven y visitan Mazatlán…

“Así que ese fue mi gran momento”.

Continua..